martes, 20 de abril de 2010

Rivera, otra vez enjuiciado por proteger a pederasta

Miércoles, 14 Abril 2010


Staff Puebla On Line
El cardenal Norberto Rivera fue denunciado de nueva cuenta en Estados Unidos por facilitar el abuso sexual de niños realizado por el sacerdote Nicolás Águilar, pues cuando estuvo a su cargo en la arquidiócesis de Tehuacán lejos de separarlo del cargo le procuró un cambio a parroquias del país vecino a pesar de saber de sus faltas contra la feligresía.
Así lo revela la revista Emeequis en un reportaje que da cuenta de la participación del jerarca en el “tráfico internacional” de sacerdotes con antecedentes probados de pedofilia para evitar su enjuiciamiento y el escándalo derivado del mismo.
La segunda denuncia contra Rivera fue presentada el 18 de junio de 2009 en la Suprema Corte de California, en la demanda se le inculpa de encubrimiento, negligencia y corresponsabilidad en el ataque sexual de al menos 26 menores de edad, por haber permitido el traslado de un sacerdote pederasta, Nicolás Aguilar, a la diócesis de Los Angeles, California, sin advertir a los fieles y a las familias de los menores de edad sobre los antecedentes de abuso sexual que existían mientras Aguilar se encontraba a su cargo en Tehuacán, Puebla.

Destaca en la acusación el papel central que se le otorga tanto a Norberto Rivera Carrera como al cardenal RogerMahony, titular de la diócesis de Los Ángeles, por no haber impedido que Nicolás Rivera siguiera cometiendo abusos.

De acuerdo con los argumentos de los abogados de la víctima, quien tenía entre nueve y 10 años de edad cuando sufrió los ataques sexuales, al no impedirle que siguiera ejerciendo el sacerdocio, ambos obispos propiciaron que Nicolás Aguilar estuviera en posibilidad de “identificar a potenciales víctimas de abuso sexual y a sus familias”, de manipular “su autoridad religiosa para que sus víctimas complacieran sus exigencias sexuales”, de inducir a sus víctimas para que siguieran permitiendo el abuso y de coaccionarlos para que no reportaran los incidentes a ninguna persona o a las autoridades.

La acusación fue presentada por el bufete jurídico de Jeffrey Anderson, que también intervino como abogado en la primera demanda presentada contra Rivera Carrera en Estados Unidos. En esa ocasión, septiembre de 2006, fue interpuesta por Joaquín Aguilar.
El juez Rolf M. Treu, que estará a cargo de la segunda denuncia contra el cardenal Rivera (caso marcado con el número BC416014), ya leyó algunos de los antecedentes proporcionados por la víctima.
Por ejemplo, se enterará del papel de Norberto Rivera Carrera: “El padre Nicolás Aguilar Rivera, un cura de la iglesia de San Sebastián Mártir, en el pueblo de Cuacnopalan, Puebla, agredió sexualmente a numerosos niños en 1986.
Cuando la comunidad se enteró de los abusos, un grupo de padres enfrentó físicamente al padre Aguilar. La policía conoció del incidente. Entonces, el padre Aguilar buscó la ayuda de su obispo, el cardenal Norberto Rivera Carrera, entonces titular de la diócesis de Tehuacán, Puebla. El cardenal Rivera facilitó el traslado del padre Aguilar a Los Ángeles, a pesar de las recomendaciones profesionales de que el padre Aguilar recibiera ayuda siquiátrica.
El demandante en este segundo caso es un ciudadano estadunidense que hoy tiene 33 años y que busca una reparación monetaria de parte de las autoridades de la Iglesia Católica en Estados Unidos y México por ocultar en forma deliberada la evidencia de los abusos sexuales previos cometidos por el padre Nicolás Aguilar, con lo que se evitó que las autoridades, otros sacerdotes, las familias y los niños pudieran tomar acciones preventivas.
“Avalaron con ello, dice la demanda, su conducta y le permitieron estar en posición de acceder a menores de edad, vulnerables, para que pudiera seguir cometiendo los abusos sexuales que había estado realizando por décadas”.

Y todo lo hicieron para evitar el escándalo, por secretismo y para cubrir a los sacerdotes, incluso a aquellos con un récord conocido de abuso sexual.

Responsabilizan a las autoridades de no haber cumplido con su deber de supervisar a Nicolás Aguilar, de no hacer caso de sus antecedentes criminales y de no proteger a la víctima, quien era un niño que acudía a su iglesia.
“El tráfico internacional de reconocidos curas pederastas entre California y Latinoamérica ha sido realizado por los obispos durante muchos años”.

Por ello, la demanda firmada por Jeffrey Anderson y Raymond P. Boucher concluye: “El padre Nicolás Aguilar es sólo un caso de una larga cadena de conocidos curas pedófilos que los obispos han enviado hacia Latinoamérica o han aceptado en Estados Unidos”.

Y es por eso que el cardenal Norberto Rivera será citado a declarar por segunda ocasión. La Secretaría de Relaciones Exteriores ya ha sido notificada por la Suprema Corte de California.

http://www.m-x.com.mx/xml/pdf/218/40.pdf