martes, 16 de junio de 2009

EL HARTAZGO DE ALVARO CUEVA ¿TE IDENTIFICAS?

En dias pasados aconteciò una de las catastrofes ams terribles de nuestro paìs:_:_:-:mas de 40 niños calcinados en una "guarderia" dependiente del Onstituto Mexicano del "Seguro Social"; la nota ha sido cuestionada por diversos medios, y se ha escarbado en la informacion, arrojando como en todos los accidentes que rodean ala burocracia la palabra(sello de este pais):_:_:_:CORRUPCION_:_:_:-. he aqui una de las muestras de hartazgo, Alvaro cueva periodista de espectaculos(verdadero), narro el domingo pasado en el diario Milenio lo siguiente:
JUSTICIA PARA LOS NIÑOS DE HERMOSILLO
Fecha de Publicación: 6/14/2009

OJO POR OJOPOR ÁLVARO CUEVAJUSTICIA PARA LOS NIÑOS DE HERMOSILLOA veces quisiera salir a la calle, pararme en medio de una plaza y gritar hasta acabarme la garganta para sacar todo este horror que llevo dentro.Tengo ganas de correr, de llorar, de perderme. Estoy desesperado y cada día me cuesta más conservar la calma.Asaltos, asesinatos, secuestros, balaceras, violaciones, discriminación, pederastas, burocracia, crisis, impunidad, ignorancia, impuestos, desempleo, incompetencia, corrupción, fanatismo, campañas políticas, crimen organizado, pobreza, Vive México.¿Qué haces cuando sientes que nada funciona? ¿A dónde te vas? ¿A quién te encomiendas? ¿Cómo te desahogas? ¿Cómo finges? ¿Qué le dices a tus hijos cuando te preguntan? ¿Qué te dices a ti mismo cuando piensas en el futuro?Hace nueve años teníamos el pretexto de que como el PRI llevaba más de siete décadas gobernándonos, entonces el PRI era el culpable de todas nuestras desgracias.Ahora tenemos otros partidos y es peor. Ya no creemos en el PRI, pero tampoco en el PAN, en el PRD ni en nada, ni siquiera en la Selección Nacional de Futbol o en las telenovelas.¿Usted no está decepcionado? Yo sí, porque al igual que muchos mexicanos me parto la espalda todos los días para salir adelante, hago mi parte, me porto bien.¿Y qué recibo a cambio? Nada. Si quiero seguridad, la tengo que pagar extra. Si quiero salud, también. Educación, ni se diga. ¿Por qué le estoy escribiendo esto? Porque llegué a mi límite. Estoy muy mal. El caso de los niños de Hermosillo acabó conmigo.No me cabe en la cabeza que sigan pasando los días y que nadie esté recibiendo un castigo ejemplar, que a los padres de las víctimas les pretendan dar una miseria por la vida de sus hijos ni toda la porquería que está saliendo a flote.Se supone que una guardería es algo chiquito. No me quiero ni imaginar lo que pasaría si le rascáramos a otros negocios, a otros peligros, a otras injusticias.Y me pongo peor nada más de imaginar que a este caso tan doloroso le vayan a aplicar el viejo truco de “deja que pase el tiempo para que se le olvide a la gente” y que nunca nadie vaya a pagar por la vida de esos angelitos.¿Por qué el presidente no hace algo más que ofrecer su solidaridad y cumple con su promesa de la mano dura? ¿Qué está esperando? ¿Que la gente de Sonora se levante en armas y se haga justicia con sus propias manos porque hay demasiados intereses metidos en esa desgracia?El caso del incendio de Hermosillo va más allá de la nota roja, tiene un valor simbólico. Esos niños eran nuestras esperanzas. Ahora están muertas. Nos las mató la corrupción. Nos la mató el sistema.Pobrecitos niños. Pobrecitas de nuestras esperanzas. Pobrecitos de nosotros. ¿Qué vamos a hacer? ¿Nada? Cuidado, los niños de Hermosillo son como una invitación a pasar por encima de las instituciones, a que todos nos rijamos por la ley del que no tranza no avanza.No por nada el comentario más recurrente en medios electrónicos después de que se supo parte de lo que ahí había ocurrido fue: “¿Dónde me formo para que me den una guardería?”En este mismo sentido, le pregunto: ¿usted cree que Aviacsa estaría teniendo tantos problemas para operar si entre sus dueños estuviera algún pariente de algún político como en el caso de la guardería de Sonora?Moraleja: ¿No sería mejor, la próxima vez que uno quiera poner un negocio, invitar a alguno de los miembros de esas familias para garantizar la permanencia en el mercado?Esto es lo peor de estas historias, al final uno termina por aprender cosas que no debería.Ante el fracaso de nuestros poderes oficiales en algo tan obvio como el incendio de Hermosillo, ¿a usted no se le ha ocurrido, por ejemplo, acudir a los poderes fácticos para pedir apoyo?¿Qué pasaría si la iglesia o las televisoras resolvieran lo que el gobierno no está resolviendo? ¿Cómo reaccionaría la autoridad ante la presión estas instancias? ¿Cómo cambiaría la percepción de la sociedad?Señores de la autoridad: muévanse porque de lo contrario, alguien más lo podría hacer y ustedes podrían ser castigados con algo menos elegante que los votos en blanco.Ya no maten nuestras esperanzas, ya no nos harten, ya no jueguen a “deja que pase el tiempo para que se le olvide a la gente”. Hagan algo por nosotros.Yo, por lo pronto, ya llegué a mi límite, no puedo más.

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